Blog Créate

¿Qué más puedo hacer?

mayo 3, 2017 Sin categoría 0 comentarios

¿Qué más puedo hacer?

En general, las personas intentamos evitar la autorresponsabilidad de muchas maneras, por ejemplo no viendo o no queriendo ver lo que tenemos ante nuestros ojos y no queriendo admitir lo que sabemos.

Muchas veces hacemos oídos sordos a aquella información que no queremos conocer. Después, cuando la decepción o el desastre se hacen evidentes decimos: “¿Cómo iba yo a saberlo?” Y nos persuadimos a nosotros mismos de que hemos sido víctimas de una desgracia imprevisible.

En mi trabajo, atiendo a muchas personas que a menudo tienden a establecer relaciones poco ventajosas para ellas con personas que acaban tratándoles mal. Casi en todos los casos es posible identificar señales de aviso durante sus relaciones, que fueron ignoradas a nivel consciente. Pretendiendo no ver y no saber, pueden desempeñar el papel de “víctimas” y así descargarse de toda responsabilidad respecto a la situación.

Quedarse mirando un problema y decirse a sí misma “espera a ver qué pasa” es otra manera de evitar la responsabilidad. En otras palabras, es una forma de decir: “Más tarde o más temprano se dará cuenta o el tiempo lo pondrá en su sitio”.

Otra manera de evadir la responsabilidad es echar la culpa a los demás. Este gesto tiene una larga tradición. Adán culpó a Eva por comerse la manzana, Eva a la serpiente por incitarla a comérsela y la serpiente podría haber dicho: “no pude evitarlo, es que yo soy así”. El problema es que cuando se echa la culpa a los demás no reflexionamos sobre la propia contribución al problema y no se buscan soluciones, realmente es como si colocáramos un muro entre nosotros y la búsqueda de una solución.

Cuando esto se repite a la hora de afrontar los problemas que nos vamos encontrando, el aprendizaje se resiente y por supuesto nuestra autoestima se menoscaba.

Como último ejemplo de múltiples maneras de evadir nuestra responsabilidad quiero destacar la actitud de: “Ya he hecho suficiente”. Algunas veces hacemos determinadas cosas para resolver un problema o alcanzar un objetivo y después nos decimos a nosotros mismos: “Ya he hecho bastante. Yo lo he intentado. Nadie puede decirme que no lo he intentado”. Y no nos preguntamos: “¿Qué más puedo hacer?”, las veces que haga falta, las que sean necesarias, porque solamente la gente que persiste en hacerse esa pregunta es la que hace girar el mundo.

Quiero dejar claro que la autorresponsabilidad nada tiene que ver con la omnipotencia. Hay veces en que, a pesar de la dedicación y la perseverancia que mostramos, no llegamos a alcanzar nuestras metas. Entonces no tenemos por qué culparnos ni hacernos reproches, sino decirnos sinceramente: “He agotado todos los recursos que conozco”.

Llegado este momento quizá sea necesario pedir la ayuda de los demás: familia, amigos e incluso valorar la necesidad de acudir a un profesional que nos dote de otras herramientas y recursos que desconocemos.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *