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Estás en el blog de Créate: Psicología + Coaching. Aquí encontrarás todos nuestros artículos para orientarte y ayudarte a elegir la vida que tú quieres vivir.

¿Conoces el Principio 90/10?

enero 7, 2016 Sin categoría 3 comentarios

¿Conoces el Principio 90/10?

Hay una frase que preside una de las paredes de mi consulta y que es clave para entender la manera en que enfoco las intervenciones con mis clientes. Algunos de ellos incluso le hacen una foto y la ponen de perfil de WhatsApp para tenerla más presente en su día a día: “Lo crucial no es lo que nos pasa, sino lo que pensamos acerca de lo que nos pasa” Estos días atrás en los que mezclamos fiestas, trabajo y momentos en los que no sabemos en qué dar, aproveché para hacer limpieza y me encontré con la carpeta y el regalo que nos dieron por la asistencia a un taller hace años (un palo indio que simbolizaba una comunicación eficaz), en el que aprendí muchas cosas. Echando un vistazo por encima me encontré con las hojas en las que hablaba del Principio 90/10 de Stephen Covey y me percaté de la conexión con “aquella frase” en mi consulta. Quiero compartir lo que enseña este Principio con vosotros tal y como Stephen Covey lo cuenta: El 10% de la vida está relacionado con lo que nos pasa, y el 90% de la vida está relacionado con la forma en cómo reaccionamos a esto. Nosotros realmente no tenemos control sobre el 10% de lo que nos sucede. No podemos evitar que el coche se averíe, que el avión llegue tarde, lo que tirará por la borda todo nuestro plan. Un automovilista puede obstaculizarnos en el tráfico. No tenemos control de este 10%. Nos viene dado. El otro 90% es diferente. Nosotros determinamos ese otro 90%. ¿Cómo?… Con nuestra reacción. Usemos un ejemplo: Estás desayunando con tu familia. Tu hija sin querer derrama una taza de café y salpica tu camisa de trabajo. Tú no tienes control sobre lo que acaba de pasar. Lo siguiente que suceda será determinado por tu reacción. Supongamos que tú maldices, regañas severamente a tu hija porque te tiró la taza encima. Ella rompe a llorar. Después de regañarla, te vuelves a tu esposa y la criticas por colocar la taza demasiado cerca del borde de la mesa. Y sigue una batalla verbal. Tú vociferando vas a cambiarte la camisa. Cuando acabas, encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando terminándose el desayuno, para estar lista para la escuela. Tu hija pierde el autobús. Tu esposa debe irse inmediatamente para el trabajo. Te apresuras a coger el coche y llevas a tu hija a la escuela. Debido a que ya vas con retraso, conduces a 65 km por hora, cuando la velocidad máxima permitida es de solamente 50 km. Después de 15 minutos de retraso y ganarte una multa de tráfico de 100 € llegas a la escuela. Tu hija corre a su clase sin decirte adiós. Después de llegar a la oficina 20 minutos tarde, te das cuenta de que se te olvidó el maletín. Tu día empezó mal. Y parece que se pondrá cada vez peor. Estás loco por llegar a tu casa. Cuando llegas a tu casa, encuentras un claro distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija. ¿Por qué? Pues debido a cómo reaccionaste por la mañana. ¿Por qué tuviste un mal día? A) ¿El café lo causó? B) ¿Tu hija lo causó? C) ¿El policía lo causó? D) ¿Tú lo...

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Amar demasiado…¿Es un problema? (2ªParte)

diciembre 22, 2015 Sin categoría 2 comentarios

Amar demasiado…¿Es un problema?  (2ªParte)

Idealización de la pareja Tienes la sensación de estar con alguien especial, más importante que tú y que además quiere estar contigo. Verlo así también te lleva a ver de manera distorsionada sus méritos y capacidades. Por ejemplo, si es empresario, será de los mejores en el mundo de la empresa o de su ciudad, si es prepotente, será que es una persona muy segura, si es atractivo, será el más guapo, etc. Una de las cosas que más influye en esta manera idealizada de ver a tu pareja es la forma en la que te trata, de manera que la prepotencia, el escaso interés que pone en ti y algunos desplantes los interpretas como signos de poder, de seguridad y/o de fuerza. Sumisión Si priorizas a tu pareja por encima de cualquier cosa, la idealizas y además necesitas estar todo el tiempo “pegada a él” la manera en que te relacionas con ella va a ser de “abajo a arriba” es decir, desequilibrada. Justificas todo lo que hace, le permites todo y además intentas satisfacerle todos sus caprichos. Esto te lleva a negociar con tus principios, con tus valores… (aceptar infidelidades, insultos y otros tipos de maltrato) con tal de evitar que se enfade contigo o que te deje. Necesidad de agradar El valor que te das está en función de los demás, de modo que si te dicen un halago “subes a las nubes” y si te dicen algo que debes mejorar “bajas al infierno” Necesitas que todo el mundo tenga una imagen perfecta de ti de manera que, cuando crees que no es así, tratas de comprobar, por ejemplo, a través del tono de voz de la otra persona si está enfadada contigo, o la llamas insistentemente para ver si todo está igual. Si crees que alguien se ha molestado por algo que hayas hecho o dicho te quedas dándole vueltas incluso mucho tiempo después. Eso sí, cuando estás en pareja esta necesidad de agradar se focaliza en ella de manera que si alguien de tu familia o amistades no acepta a tu pareja, no tienes ningún inconveniente en enfrentarte o dejar de tener contacto con ellos. Miedo intenso a ser rechazado o abandonado Si tenemos en cuenta la baja autoestima y las cualidades que atribuyes a tu pareja (sobrevaloradas) que te parecen imprescindibles para tu vida, entre las demás características que te hacen dependiente, podemos hacernos una idea del miedo al abandono que sientes cuando tu pareja se enfada contigo e intuyes una pequeña posibilidad de rechazo o ruptura. Si no confías en tus capacidades, si te sientes insegura y poco capaz, es normal que creas que necesitas a los demás para salir adelante. Romper con tu pareja es lo peor que podría pasarte y algo que debes evitar como sea. Eres incapaz de renunciar a ella aun cuando es necesario que lo hagas, pero piensas que si no estás con ella tu vida todavía podría ser peor.  Síndrome de abstinencia Se llama así por su analogía a las adicciones a las drogas. Realmente aparece como un trastorno mental que varía en función de la persona y su intensidad. Se presenta como una depresión muy fuerte con pensamientos obsesivos sobre la relación de pareja, lo que podría haber sido, cosas que no hicimos o que...

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Amar demasiado… ¿Es un problema?

diciembre 11, 2015 Sin categoría 5 comentarios

Amar demasiado… ¿Es un problema?

O se ama o no se ama, pero… si dices que amas demasiado tienes un problema. ¿En qué situaciones dices que “amas demasiado”? ¿Qué pensamientos y qué conductas te están diciendo que “amas demasiado”? Si afirmas amar demasiado te diré que compartes con miles de personas una creencia inconsciente muy arraigada y grabada a fuego en muchos casos como es: “no soy buena o lo suficientemente buena” y por eso tengo que esforzarme en encontrar a alguien que quiera estar conmigo y hacer todo lo posible porque permanezca a mi lado “a cualquier precio”. Por eso, como os he comentado en otros artículos, reforzar la autoestima se convierte en la principal tarea y en el foco de atención en una persona que sufre una sintomatología como la que os comparto a continuación: Baja autoestima No te quieres y piensas que, si ni tú misma te gustas, cómo vas a gustar a los demás. Pero en el caso de que aparezca una persona que se fija en ti, le extiendes un cheque en blanco en el que le otorgas el poder de hacer “lo que le venga en gana” en vuestra relación. Tú estás en el último lugar de prioridades, no te proteges si te hacen daño y no tienes en cuenta tus necesidades si ello supone poner en riesgo tu relación de pareja. Miedo terrible a la soledad El hecho de pensar en estar sola te produce un gran malestar e incluso una fuerte ansiedad que se acompaña de pensamientos como “no le importo a nadie”, “nadie me quiere y por eso no quieren estar conmigo”. Pero aún más duro para ti es el hecho de pensar en “estar sola y sin pareja”. El pavor que sientes en esa situación te lleva a encadenar relaciones o sucedáneos de relaciones (aventuras, flirteos…) para evitar esas sensaciones tan desagradables o peor aún, a evitar una ruptura en caso de que haya incluso conductas de maltrato. Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa Pones tu relación por encima de todo, de tu trabajo, de tus amigos, de tu familia, de tus hijos, incluso de ti misma. Dejas de vivir tu vida para vivir la vida de tu pareja, al menos mientras que este lo permita. Hasta que llega un momento en que tu estado de ánimo depende de el de tu pareja. Además esperas que él haga lo mismo y te sientes fatal cuando no sientes esa reciprocidad. Las personas que viven relaciones de dependencia “viven enamoradas del amor”. Su vida sólo tiene sentido dentro de una relación de pareja.  Voracidad afectiva Si de ti dependiera, tendrías el mayor contacto con tu pareja mediante todas las formas posibles. ¿Cómo?: Si estás en casa ¿qué es eso de que cada uno esté en una habitación diferente o haciendo cosas distintas? Si estás con amigos, ¿qué es eso de que pase más tiempo hablando con los demás que contigo? Te lo tomas como una falta de amor o un insulto. WhatsApp, mensajes y llamadas a todas horas. Desatiendes lo que estás haciendo para contestar a sus llamadas. Lo más normal es que tu pareja ponga límites a esa ansia afectiva: “no me agobies”, “necesito tiempo”, “quiero estar solo” …y por miedo a que se enfade contigo o planee la sombra de la ruptura...

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Amar no es sufrir

diciembre 9, 2015 Sin categoría 3 comentarios

Amar no es sufrir

Esta es una de las frases que más repito a mis clientes y también en aquellas charlas en las que hablamos de los pilares en los que debe asentarse una relación sana de pareja. Claro que la pareja perfecta no existe, aunque así lo creamos en los días de enamoramiento al inicio de una relación, ya hablaremos de ello en otro post. El amor implica esfuerzo y requiere el compromiso de trabajar para avivarlo y negociar con aquellos aspectos de nuestra pareja que nos gustan menos. En ocasiones nos produce frustración que nuestra pareja no se comporte como queremos o como nos gustaría, le machacamos continuamente para que cambie, para que haga las cosas de otra manera, pero… ¡Bienvenid@ al mundo real! No estamos aquí para satisfacer los deseos de los demás y tampoco para que satisfagan todos los nuestros. En otros casos estar en una relación de pareja nos produce un enorme malestar y un sufrimiento constante, donde nos vienen a la cabeza mil motivos para romper la relación, pero nos sentimos incapaces de hacerlo porque creemos que es lo único que merecemos, o nos imaginamos sin nadie a nuestro lado y el miedo nos ahoga, o nos decimos que “mejor malo conocido” … Si tuviéramos una autoestima adecuada, es decir si deseáramos para nosotros mismos lo mejor, igual que lo deseamos para una persona que queremos, si sabemos lo que queremos de verdad y además creemos que es posible alcanzarlo, si sabemos que no necesitamos a nadie para seguir adelante, entonces deberíamos decidir dejar la relación y seguir nuestro camino sin esa persona a nuestro lado. En caso de que te pueda más el MIEDO a salir de donde estás o al qué dirán…entre otros, puede que estés experimentando lo que los psicólogos llamamos Dependencia Emocional. No solo nos hacemos dependientes a las drogas, al móvil, a las redes sociales, a los videojuegos, también podemos serlo en nuestras relaciones interpersonales y más aún en nuestras relaciones de pareja donde hay ingredientes que lo hacen más fácil. En otros post seguiremos tratando este tema. Estoy segura que la mayoría sabéis de qué os...

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¿Y ahora qué?

diciembre 1, 2015 Sin categoría 3 comentarios

¿Y ahora qué?

Tengo en mi biblioteca muchos libros que hablan sobre autoestima, comprados por mí y ahora también cedidos por algunas personas con las que he trabajado y que se han dado cuenta de que solamente leer un libro, dos o cien sobre autoestima no les ayuda a superar sus dificultades. La mayoría de ellos explican lo mismo, pero lo exponen de diferente forma o recomiendan herramientas diferentes para que podamos hacer un trabajo personal. Una baja autoestima sigue siendo el problema más habitual y el principal motivo de infelicidad en las personas. La mayoría de las dificultades con las que nos encontramos habitualmente tienen su origen en una autoestima deficiente. Si pensamos en muchos casos donde hay problemas de ansiedad, depresión, malos tratos, problemas laborales, emocionales, de miedo al rechazo o incluso miedo al reconocimiento, en todos ellos una baja autoestima es el denominador común. Y me atrevo a afirmarlo de esta manera porque en el momento en que empezamos a trabajar para reforzarla, estos problemas mejoran y en muchos casos desaparecen. Pero también es cierto que los psicólogos hemos abusado muchísimo al emplear este término para tratar de explicar muchos de los problemas que sufrimos. En nuestro afán de acercar este concepto a las personas para transmitirles la importancia que tiene en nuestras vidas tener una autoestima sana, quizá lo hayamos convertido en un término insulso y cansino. Se escriben miles de artículos en las redes sociales sobre este tema todos los días, libros de autoayuda que te invitan a mejorarla en 7 días, talleres y cursos de 48 horas donde te venden la solución para tener una autoestima indestructible…Acudimos a ellos con la ilusión de que nuestras dificultades desaparecerán cuando acabemos de leer esos libros o artículos, o cuando acudamos a un curso intensivo de 72 horas o cuando nos miremos todos los días al espejo y nos digamos lo guapos o guapas que somos y volvamos «erre que erre» a hacer lo que siempre hemos hecho… Y, ¿qué ocurre después de todo eso? Quizá a corto plazo notemos el efecto de unas palabras que hemos leído y que han logrado conectar con algún aspecto de nosotros “que nos ha hecho pensar”, o quizá después de salir de un taller donde todos los asistentes han hablado acerca de sus malestares nos hemos dado cuenta de que lo nuestro no es tan serio y seamos capaces de salir adelante nosotros solos y eso nos refuerce aún más, o hemos visto unos videos muy bonitos con los que hemos llorado al ver lo que otras personas con más dificultades que nosotros han conseguido y nos hace pensar por “un minuto” que nosotros también podemos… Y a medio plazo… ¿dónde volvemos a...

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¿Qué convierte la ansiedad en un problema?

noviembre 27, 2015 Sin categoría 4 comentarios

¿Qué convierte la ansiedad en un problema?

«La experiencia clínica ha demostrado que, irónicamente, suelen ser los intentos del paciente por solucionar el problema lo que, de hecho, lo mantiene. El intento de solución se convierte en el verdadero problema». (Giorgio Nardone y Paul Watzlawick)  Las sensaciones físicas, pensamientos y acciones que acompañan al miedo y a la ansiedad no son anormales ni constituyen un trastorno en sí mismos, ni siquiera cuando tienen lugar de forma muy intensa o cuando aparecen en respuesta a un trauma. Por ejemplo, imagina a una persona que le muerde un pitbull y, a partir de ese momento experimenta una intensa reacción de miedo cuando se encuentra con ese tipo de perros u otros parecidos, ¿crees que es anormal o implica un trastorno que responda de esta manera? Se trata de una respuesta sensata, orientada a evitar otro ataque y a proteger su integridad física. De la misma manera que una mujer que ha sido agredida sexualmente experimenta un miedo intenso si vuelve a encontrarse con su agresor en un futuro. Ese miedo le puede llevar a elaborar un plan de acción sobre cómo debe actuar para protegerse en caso de que se volviera a encontrar con él. Estas respuestas de alarma o de miedo son normales y adaptativas. Es el exceso de miedo o ansiedad lo que puede obstaculizar la propia capacidad de llevar a cabo una acción productiva y eficaz (nos podemos bloquear en un examen o nos pueden temblar las piernas y no salir corriendo si la situación lo requiere) pero, la diferencia entre personas “normales” con miedo y/o ansiedad y las personas con problemas de ansiedad no radica en la intensidad o la frecuencia con la que lo sienten, si no en la diferente forma en que reaccionan a ese miedo y cómo lo vivencian. Las personas que sufren trastornos de ansiedad acuden generalmente a terapia creyendo que se debe controlar la ansiedad de la misma manera que se controlan otros muchos aspectos de la experiencia humana. En tal creencia está implícita la idea de que la ansiedad es mala y que, como otras cosas malas de la vida, habría que actuar para no tenerla o para disminuir la posibilidad de que se produzca, sencillamente porque no debemos ni podemos tenerla. A esta idea ha contribuido La filosofía occidental sobre la felicidad personal y el éxito, que prima la idea de que siempre hay que sentirse bien y que sentirse mal es un fracaso. De manera que, el tener la capacidad de controlar los pensamientos y sentimientos desagradables podría parecer una estrategia sensata para ser feliz y tener éxito. Pero, ¿podemos controlar y suprimir los pensamientos y sentimientos desagradables e...

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«Ahora ya no se sienten impunes, se sienten atacados»

noviembre 24, 2015 Sin categoría 1 comentario

«Ahora ya no se sienten impunes, se sienten atacados»

Han pasado casi 18 años desde que Ana Orantes falleciera y la violencia de género no ha desaparecido, todo lo contrario. En las últimas semanas hemos asistido a un incesante goteo de mujeres muertas cada día y probablemente no haya sido casual. La primera marcha estatal contra la violencia machista posiblemente haya “removido” a los maltratadores y aumentado su agresividad y su furia. No existe evidencia científica causal de que esto sea así, pero me mueve escribirlo el hecho de que raramente maten a una mujer sin que otra, con la misma suerte que la primera, aparezca con pocas horas de diferencia. Ese día, muchos de estos maltratadores vieron cómo se tambaleaban sus privilegios e inconscientemente se les disparó su afán de “hacer lo que tienen que hacer para que las cosas sean como deben ser”. Por eso, saber de otros asesinatos puede que refuerce la idea que mantienen fuertemente arraigada de que, otras personas en su misma situación hacen lo correcto para dar una lección a sus parejas y restituir el orden (de lo que deber ser) de esta manera. «Ahora ya no se sienten impunes, se sienten...

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La voz ignorada. Ana Orantes y el fin de la impunidad.

noviembre 23, 2015 Sin categoría 2 comentarios

La voz ignorada. Ana Orantes y el fin de la impunidad.

La voz ignorada es un homenaje a Ana Orantes, una mujer valiente cuyo asesinato cambió para siempre la percepción de la violencia de género en España. Os dejo la introducción y os recomiendo su lectura, así como la lectura del blog http://nuriavarela.com/category/el-ojo-morado/ uno de mis favoritos. Siempre quiso escribir un libro Se plantó delante de las cámaras y lo contó todo. Al menos, lo fundamental. Aquel 4 de diciembre de 1997, nadie pudo intuir la importancia que apenas trece días después tendría esa entrevista. Ana Orantes contestó todas las preguntas que le hizo Irma Soriano en el programa De tarde en tarde de Canal Sur. Lo hizo muy seria, con firmeza, repetía las frases dos y tres veces, como subrayándolas, como queriendo que se la entendiera bien o, quizá, como él se las había dicho una y otra vez, una y otra vez, día tras día, año tras año. «Yo no podía respirar, yo no podía hablar, porque yo no sabía hablar, porque yo era una analfabeta, porque yo era un bulto, porque yo no valía un duro. Así ha sido cuarenta años. Yo lo creía, lo creía, lo creía, porque yo tenía once hijos, no tenía dónde irme, no tenía dónde irme…» Lo hizo con dignidad, sin una lágrima, sin una duda, sin un titubeo. Lo hizo con valentía, con mucha valentía. Era su historia de vida, o su historia de muerte. Era su relato de cuarenta años sufriendo maltrato, abuso, desprecio. Eran sus turbios recuerdos. Ana Orantes lo relató delante de las cámaras pero tuvo que morir para contarlo. Aquella media hora de televisión incomodó a quienes la estaban escuchando. Su hija Raquel lloraba sentada entre el público; la presentadora se tocaba la cara inquieta; las mujeres que estaban a su lado se removían turbadas en sus asientos… Sin embargo, nadie le echó mucha cuenta. Nadie la protegió. Nadie vigiló a su ex marido. Ana Orantes rompió el pacto de silencio. Su relato resultaba embarazoso. Era una superviviente de una realidad que se vivía detrás de las puertas de muchas casas en todo el país. Allí sentada, elegante, con su traje de chaqueta, bien peinada, con la espalda recta y las manos en el regazo, con la mirada triste y la voz clara, suave y firme a un tiempo, con el rostro sereno de la tarea cumplida, con una verdad tan dolorosa y tan cierta, tan real, era una pero era muchas, demasiadas. Era la voz que no se quería oír. Era la voz que avergonzaba a una sociedad que no quería saber. Ese pacto de silencio forjado sobre el miedo de ellas, la violencia de ellos y la indiferencia de la mayoría, había conseguido normalizar la tortura cotidiana que soportaban miles de mujeres. La violencia en las relaciones de pareja se había vuelto invisible. «A las mujeres no nos veían ni muertas», que dice Teresa Meana, refiriéndose a la indiferencia con la que históricamente se han manejado los malos tratos a las mujeres. Con su presencia y su voz, Ana Orantes resquebrajó ese pacto de silencio. Le costó la vida. A los trece días, el 17 de diciembre, Ana fue asesinada. Nadie le había echado mucha cuenta… salvo él. El hombre que la había torturado durante cuarenta años no toleró su rebeldía. La roció con gasolina y la quemó...

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Miedo y ansiedad, ¿es lo mismo?

noviembre 19, 2015 Sin categoría 1 comentario

Miedo y ansiedad, ¿es lo mismo?

Muchas personas con problemas de ansiedad mejoran notablemente cuando aprenden de una manera clara y sencilla cuáles son los procesos básicos implicados en lo “anormal” o en los trastornos de ansiedad”; los psicólogos lo llamamos psicoeducación. Por eso me he animado a ponerlo por escrito y compartirlo con vosotros, para todas aquellas personas que actualmente lo estén padeciendo o que seguro tienen a alguien cerca con este problema. Y sobre todo, haciendo un guiño especial a una persona que en estos momentos lo está pasando mal debido a las diferentes crisis que ha sufrido en las últimas semanas. Y además porque es uno de los trastornos psicológicos más corrientes, que llega a afectar a un 25% de la población general en algún momento de su vida. Miedo y ansiedad, ¿es lo mismo? El miedo es un estado que aparece en el presente como respuesta a un peligro o amenaza real o imaginario. Algunas amenazas pueden estar presentes en ese mismo momento, por ejemplo: cruzar la carretera y ver que se aproxima rápidamente un coche, otras son la respuesta a algo que está pasando dentro de ti como un recuerdo o un pensamiento e incluso una sensación física molesta y algunas otras pueden ser una mezcla de ambas. ¿Qué ocurre cuando sentimos miedo? Siguiendo con el ejemplo anterior, si cuando cruzo una calle veo que un coche se me acerca a gran velocidad el MIEDO hará que se active de forma súbita y aguda la rama simpática de mi sistema nervios autónomo, con lo que el ritmo cardiaco se dispara (se me sale el corazón por la boca), aumenta la transpiración (los chorros de sudor se me caen), falta de aliento (la boca se me queda seca) y aumenta la presión sanguínea. Al mismo tiempo esta respuesta irá acompañada de una fuerte reacción conductual que me lleva a escapar o huir ante ese peligro (echo a correr o doy un salto para atrás). De manera que el miedo cumple una importante función: nos mueve a que nos defendamos. Y todos esos cambios físicos y psíquicos que están asociados al miedo están diseñados para conseguir dar una respuesta eficaz a fin de impedir la amenaza o el peligro al que nos enfrentamos. Hasta aquí supongo que me seguís… ¿Qué ocurre cuando nos sentimos ansiosos o estamos preocupados por algo? La ANSIEDAD es un estado de ánimo orientado al futuro que se acompaña de preocupación, inquietud, intranquilidad, más tensión muscular, aumento de las ondas beta en un EEG (electroencefalograma) como consecuencia de un intenso procesamiento cognitivo en los lóbulos frontales (es decir, no dejar de darle vueltas a las cosas). Asimismo, los cambios físicos del sistema autónomo son mucho menos notables si los comparamos con los del miedo debido a que no se trata de una amenaza en el aquí y ahora. Para ser más clara todavía, la gente normalmente se siente ansiosa respecto a algo que puede ocurrir en el futuro, mientras que el miedo se experimenta respecto a lo que ocurre en el momento presente. Y además os pongo un ejemplo: la ansiedad se parece más a lo que sentiríamos si pensamos en la posibilidad de que ocurra un terremoto y sus consecuencias, mientras que el miedo sería lo que sentiríamos y haríamos si en estos momentos se moviera la tierra....

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¿Y si no vuelvo a encontrar a nadie que quiera estar conmigo?

noviembre 17, 2015 Sin categoría 2 comentarios

¿Y si no vuelvo a encontrar a nadie que quiera estar conmigo?

“Tengo un miedo horrible a quedarme sola. ¿Y si no vuelvo a encontrar a nadie que quiera estar conmigo? Todas mis amigas tienen pareja y proyectos, hijos… ¿Qué hago mal? Sabemos que el MIEDO AL ABANDONO es el más primitivo que existe en el ser humano y está presente en nosotros desde pequeños. Esto es algo terrible para muchas personas y hace que a causa de este miedo adopten conductas y actitudes que atentan de manera indiscriminada contra su propia dignidad (decir sí cuando quieren decir no, ceder a peticiones que atentan contra su autoestima, conductas que no deberían tolerar…). Y todo ello con la única finalidad de no perder a su pareja, de no quedarse SOLOS. Cuando nos sentimos solos y tenemos muchas ganas de tener pareja es normal que la primera persona que se nos acerque y muestre algo de interés por nosotros calme la ansiedad que sentíamos y el miedo cese por unos instantes. Volver a recuperar esa sensación de “le intereso a alguien” es tan reconfortante para nosotros que de pronto estamos dispuestos a seguir viendo a esa persona pese a que nos ha dejado claro “que no quiere nada serio con nosotros”. Aunque esa persona no está realmente interesada en mantener una relación con nosotros, la seguimos viendo porque pensamos que con nuestros encantos y con el tiempo se acabará enamorando…Pero en muchas ocasiones esto no sucede así y al final nos estancamos en la queja continua porque la otra persona no nos corresponde como nos gustaría, nuestra autoestima comienza a ponerse en números rojos y no podemos abandonarle porque sería renunciar “a algo que podría ser maravilloso si las cosas fueran de otra manera”. Quedarse en una relación así solo nos llevará a un desequilibrio emocional y psicológico en el que las lágrimas nos dificulten aún más la salida de esa relación. Contestando a una de las preguntas con las que comenzaba este artículo diré que “sí hay algo que hacemos mal” y es quedarnos con alguien que no encaja con nosotros con la esperanza de que el tiempo y “nuestro amor romántico” consigan transformar a esa persona en la que queremos para nosotros. Por lo tanto, debemos elegir precisamente a las personas que quieren lo mismo que nosotros, que comparten nuestros intereses, nuestros valores y que miran en la misma...

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